Itinerario de 7 días en Santiago de Chile y alrededores (2025): Qué hacer, comer y explorar

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¿Y si te dijéramos que en solo una semana podés disfrutar vino en una viña histórica, hacer trekking en un volcán, perderte entre ciudades costeras llenas de color y terminar el día con vistas panorámicas de la cordillera de los Andes desde una azotea? Santiago de Chile es así: una base perfecta para excursiones inolvidables, aventuras al aire libre y momentos tranquilos en parques y cafés con onda.

Pasamos 7 días completos explorando Santiago y sus alrededores, combinando catas de vino, arte urbano, embalses de agua glacial y caminatas en la montaña. Fue un viaje relajado pero lleno de momentos que nos dejaron con la boca abierta. En esta guía compartimos nuestro itinerario tal como lo hicimos, además de consejos, recomendaciones gastronómicas y opciones de actividades si preferís viajar lento o si vas en modo aventura. Seas amante de la comida, la naturaleza o simplemente de las buenas vistas, este itinerario de 1 semana por Santiago está pensado para que disfrutes lo mejor del centro de Chile—sin prisas.

Mapa de nuestro itinerario de una semana por Santiago

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Explorá nuestro itinerario de 8 días por la Patagonia

Mapa de nuestro itinerario de una semana por Santiago

🧭 Itinerario de 1 Semana por Santiago

Así organizamos nuestros 7 días en Santiago y sus alrededores:

Día Día 1
Temática Santiago histórico + vistas panorámicas
Destacados Walking tour, Wonderland Café, Cerro Santa Lucía, Sky Costanera
Día Día 2
Temática Cata de vinos + espacios verdes
Destacados Viña Concha y Toro, Cerro San Cristóbal, Malva Loca
Día Día 3
Temática Escapada costera
Destacados Viña del Mar, Valparaíso, arte callejero, pastas en San Marco
Día Día 4
Temática Descanso y recarga
Destacados Parque Bicentenario, museos, Parque Arauco, Brunapoli
Día Día 5
Temática Ruta de montaña
Destacados Cajón del Maipo, Embalse El Yeso o Portillo, fondue de chocolate
Día Día 6
Temática Día de senderismo
Destacados Cerro El Pintor / Las Canoitas / Manquehuito, cena en Panchita
Día Día 7
Temática Última aventura o plan tranquilo
Destacados Trekking al Volcán San José, termas, cafés o spa

Cada día es flexible—podés intercambiar actividades, sumar más tiempo en la naturaleza o tomarte las mañanas con calma. Lo mejor de Santiago es que combina vida urbana con paisajes naturales en menos de dos horas desde el centro.

🗺️ Día 1 – Santiago histórico + vistas panorámicas

Arrancamos nuestro viaje a Santiago metiéndonos de lleno en el corazón histórico de la ciudad: Barrio Lastarria. Este barrio tiene muchísimo encanto, con calles adoquinadas, arte callejero y una vibra relajada que lo hace ideal para recorrer caminando. Desde ahí, podés llegar fácilmente a lugares icónicos como la Plaza de Armas y el Palacio de La Moneda, que te dan una gran idea del pasado colonial de la ciudad.

Si querés ubicarte rápido, hay un tour guiado gratuito que recorre todos estos puntos en unas dos horas. Es una excelente forma de empezar si te gusta tener contexto—y te deja el resto del día libre para seguir explorando.

Palacio de La Moneda, uno de los edificios más emblemáticos del centro de Santiago.

Palacio de La Moneda, uno de los edificios más emblemáticos del centro de Santiago.

Después del paseo, Wonderland Café es un lugar ideal para brunchear. Está completamente ambientado con temática de Alicia en el País de las Maravillas en sus tres pisos llenos de detalles. Probamos el bowl de yogurt y los hotcakes—todo muy fresco y presentado con mucho cuidado.

Si el brunch no es lo tuyo, almorzar en Patio Bellavista es una gran alternativa. Tiene un ambiente animado con muchas opciones—desde platos típicos chilenos hasta comida internacional. También lo recomendamos para cenar: buena comida, energía divertida y perfecto para cerrar un día completo.

Por la tarde, andá hasta el Cerro Santa Lucía. Es una subida corta, pero ofrece un buen respiro verde, con fuentes y vistas de la ciudad desde la cima. Tiene rincones históricos repartidos por el parque, y su mirador tipo castillo queda perfecto para unas fotos.

Bienvenidos a Wonderland 🌿🎩 Uno de los cafés más originales de Santiago—no te pierdas el bowl de yogurt ni los hotcakes.
Color, arte y buena vibra—Patio Bellavista es ideal para almorzar o cenar después de un día de paseo.
Vistas panorámicas desde Sky Costanera, el edificio más alto de Latinoamérica—¿podés encontrar tu hotel?

De izquierda a derecha: el interior encantado de Wonderland Café, el ambiente colorido de Patio Bellavista y las vistas panorámicas desde Sky Costanera.

Cerramos el día en el Sky Costanera, el rascacielos más alto de Latinoamérica. Solo el ascensor ya es una experiencia—sube tan rápido que te pueden tapar los oídos—pero las vistas 360° desde arriba son impresionantes. No logramos coincidir con el atardecer, pero incluso de día fue impactante ver toda la ciudad extendida ante nosotros. Si podés coordinar con el sunset, ¡mejor todavía!

🍷 Día 2 – Cata de vinos y espacios verdes urbanos

El segundo día fue ideal para bajar un poco el ritmo y disfrutar del entorno natural que rodea a Santiago—empezando por el vino (obvio).

Reservamos un tour de medio día a la viña Concha y Toro, una de las más icónicas de Chile. El lugar en sí es precioso, pero lo que más nos sorprendió fue la villa, que solía ser la casa de verano de la familia fundadora de la bodega. Pasear por sus jardines y conocer algo de la historia del lugar hizo que la visita fuera mucho más que una simple cata. El tour duró unas dos horas e incluyó una visita a las antiguas bodegas, una introducción a la leyenda del Casillero del Diablo, y una degustación de varios vinos emblemáticos (sí, nos trajimos un par de botellas).

Elegante villa rosada en la viña Concha y Toro, antigua casa de verano de la familia fundadora
Viñedos de uva Carignan al sol en la viña Concha y Toro, Santiago de Chile
Legendaria bodega del Casillero del Diablo en Concha y Toro, tenue y llena de botellas

Desde bodegas legendarias hasta viñedos soleados y una villa histórica—Concha y Toro es mucho más que una simple cata de vinos.

Como sabíamos que íbamos a tomar, fuimos en Uber en lugar de manejar—fue súper fácil y tardamos aproximadamente una hora desde el centro. Después del tour, podés almorzar en el restaurante de la viña, que tiene una terraza sombreada y una carta pensada para maridar, o volver a la ciudad si querés cambiar un poco de escenario.

A la tarde fuimos al Cerro San Cristóbal, uno de los espacios verdes más grandes de Santiago y un paseo que no puede faltar. Podés subir en funicular o en teleférico—ambas opciones son panorámicas y divertidas. Nosotros subimos en uno y bajamos caminando una parte del trayecto, lo cual fue un buen equilibrio.

Desde la cima hay vistas espectaculares de la ciudad (si el clima lo permite), y algunos cafés tranquilos o kioscos donde venden empanadas, mote con huesillo y otros snacks locales. Nosotros solo pedimos algo para tomar y encontramos un lugar con sombra para descansar un rato—es de esos sitios donde podés hacer mucho o simplemente disfrutar del aire y la vista.

Vista panorámica de Santiago con los Andes al fondo, tomada desde la cima del Cerro San Cristóbal

Subí en teleférico y disfrutá de las vistas panorámicas de la ciudad y la cordillera desde la cima del Cerro San Cristóbal.

Para cerrar el día, cenamos en Malva Loca, un lugar acogedor con platos estilo tapas y una onda moderna pero relajada. Después de un día de vino, parques y paseo tranquilo, fue el cierre perfecto para brindar por un ritmo más pausado.

🌊 Día 3 – Excursión de día completo a Valparaíso y Viña del Mar

Al tercer día ya queríamos cambiar el asfalto por brisa marina—y una escapada a Viña del Mar y Valparaíso fue justo lo que necesitábamos.

Alquilamos un auto para esta salida, pero si no tenés ganas de manejar, hay muy buenos tours guiados que te simplifican todo. Este tour con almuerzo a Valparaíso + Viña del Mar es una excelente opción si querés todo resuelto, y este tour costero desde Santiago cubre lo esencial si preferís no lidiar con la logística.

Empezamos en Viña del Mar, que tiene una vibra muy distinta a Santiago—más relajada, más fresca y definitivamente con más palmeras. ¿Primera parada? El Reloj de Flores, que sí, es turístico, ¡pero igual tiene su encanto! Después nos fuimos a la Quinta Vergara, donde se celebra el famoso Festival de Viña del Mar. Aunque no haya evento, el anfiteatro es un lindo lugar para recorrer y sacar fotos.

El icónico Reloj de Flores rodeado de jardines verdes en Viña del Mar
El Castillo Wulff sobre las aguas turquesas del Pacífico en Viña del Mar, Chile

Desde jardines hasta castillos frente al mar, Viña del Mar muestra el lado más elegante y costero de Chile.

Para almorzar fuimos a Ristorante San Marco, y fue uno de los grandes aciertos del día. La atención fue excelente y el "Tris de Ases"—una degustación de pastas con tres salsas diferentes—fue de esos platos que recordás con antojo. Súper recomendado si estás por la zona.

Después del almuerzo fuimos hacia Valparaíso, que es el polo opuesto a Viña. Colorida, intensa, un poco caótica—pero en el mejor de los sentidos. Un consejo importante: intentamos subir con el auto y nos arrepentimos al instante. Las calles son muy empinadas y angostas, y estacionar fue una pesadilla. La próxima, dejaríamos el auto cerca de la costa y recorreríamos a pie—mucho más cómodo.

Valparaíso está repleta de murales y arte urbano, y algunos de sus escalones pintados y rincones icónicos son verdaderamente únicos. Pasamos la tarde caminando sin rumbo, cámara en mano, perdiéndonos a propósito. Al final, paramos en un café con vista a la ciudad y el puerto, y fue la forma ideal de cerrar el paseo.

Escalera pintada con poesía y murales en Valparaíso, Chile
Pasaje estrecho en Valparaíso rodeado de murales y fachadas coloridas

Recorrer Valparaíso es perderse entre colores—murales, escaleras intervenidas y arte en cada rincón.

Fue un día largo, pero inolvidable—Viña del Mar con su aire costero y Valparaíso con su arte y carácter. Una combinación perfecta para ver dos caras muy distintas de Chile en una sola jornada.

🛍️ Día 4 – Descanso y recarga: parques, museos y compras

Después de un par de días a todo ritmo, el Día 4 fue todo sobre bajar un cambio. Santiago es ideal para la aventura y el turismo, pero también sabe cómo relajarse—y nosotros aprovechamos esa vibra al máximo.

Empezamos la mañana con una caminata por el Parque Bicentenario, uno de los espacios verdes más tranquilos de la ciudad. Es amplio, muy bien cuidado y perfecto para caminar sin rumbo. Hay una laguna con flamencos, bancos con sombra y espacio de sobra si querés leer o simplemente mirar la gente pasar. No apuramos nada—solo paseamos, tomamos café y disfrutamos del silencio.

Humedales tranquilos en el Parque Bicentenario de Santiago con una garza blanca parada en el agua bajo la luz suave de la tarde

Las mañanas en el Parque Bicentenario son pura calma—flamencos, lagunas silenciosas y un lugar ideal para recargar energías a mitad del viaje.

Dependiendo de tu humor, podés sumar una visita a algún museo. Recomendamos el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que aborda la historia de la dictadura chilena de forma muy potente, o el Museo Chileno de Arte Precolombino, con exposiciones impecables sobre culturas indígenas de toda América Latina. Ambos están muy bien curados y no te van a llevar todo el día, lo cual los hace perfectos para un itinerario más relajado.

Por la tarde fuimos a Parque Arauco, uno de los shoppings más completos de Santiago y una excelente combinación de compras + comida. Ya sea que busques marcas internacionales, una SIM local o simplemente un almuerzo con aire acondicionado, este lugar lo tiene todo. También tiene una zona al aire libre con restaurantes que se siente más cool y relajada que un patio de comidas tradicional. Incluso si no pensás comprar nada, es un lindo espacio para pasear y ver pasar la vida.

Para cerrar el día, cenamos en Brunapoli, un restaurante que teníamos fichado desde hace unos días. Es de estilo italiano, acogedor y con unas pizzas buenísimas. Si venís con antojo de hidratos después de caminar todo el día, este es el lugar.

Después de tantas subidas, murales y excursiones, el Día 4 fue justo lo que necesitábamos: sin complicaciones logísticas, suave para las piernas y lleno de comida rica. Muy recomendable incluir un “día de pausa” como este—equilibra todo el viaje.

🏞️ Día 5 – Ruta escénica a Cajón del Maipo y Embalse El Yeso

Para el quinto día ya necesitábamos aire puro y vistas de montaña—y Cajón del Maipo cumplió. Esta zona es un paraíso para los amantes de la naturaleza, y la ruta hacia el Embalse El Yeso es de las más espectaculares que se pueden hacer desde Santiago.

Fuimos en auto y disfrutamos mucho la libertad de ir a nuestro ritmo, pero atención: el camino es angosto, con partes algo desgastadas y lo comparten con camiones grandes. Si no te sentís cómodo manejando (o simplemente preferís un día sin estrés), vale la pena reservar un tour como este con picnic y vino.

Cascada cayendo en una laguna turquesa rodeada de acantilados en Cajón del Maipo, Chile
Vista panorámica del Embalse El Yeso rodeado de picos andinos y nubes dramáticas
Lago glaciar azul intenso en el Embalse El Yeso con montañas al fondo y excursionistas en la orilla

Desde cascadas hasta lagos glaciares en calma—Cajón del Maipo y Embalse El Yeso son un sueño para los amantes de la naturaleza a un paso de Santiago.

Una vez en el embalse, la vista te impacta de golpe: aguas turquesa rodeadas de picos afilados y poco más. Es un lugar silencioso, algo salvaje y absolutamente hermoso. Llevamos un picnic y nos acomodamos en un lugar plano con buena vista al lago—no hay muchas instalaciones, así que llevar tu propia comida es clave. Es el tipo de lugar donde el tiempo se te pasa mirando el paisaje.

Si buscás algo más relajado (y de menos duración), una buena alternativa es Portillo y la Laguna del Inca, que ofrece paisajes igual de lindos pero con otra energía. Nosotros fuimos con este tour en temporada baja y estaba súper tranquilo—tuvimos tiempo de sobra para sentarnos junto al lago y disfrutar. Eso sí: en temporada de esquí se llena, y vas a compartir el camino y los miradores con mucha más gente.

Cuando volvimos a Santiago estábamos agotados, pero felices. Si todavía te queda algo de energía, un paseo tranquilo por el Parque Araucano es una gran forma de cerrar el día—es sereno, tiene un rosedal pequeño y se siente como un buen respiro después de estar todo el día en la montaña.

O… si no querés caminar ni un paso más (te entendemos), te recomendamos ir directo a Brussels Heart of Chocolate y pedir un fondue de chocolate bien caliente y cremoso. Después de un día frío al aire libre, fue exactamente lo que necesitábamos—y sí, nos lo comimos todo.

🥾 Día 6 – Día de trekking y aventura

Después de varios días de paseos en auto y caminatas relajadas, el Día 6 fue nuestra oportunidad de movernos en serio. Si te gustan las montañas, las vistas y ganarte la cena con esfuerzo (como a nosotros 🙋‍♀️🙋‍♂️), este es el día para ajustar las zapatillas y salir.

Santiago está rodeado de montañas, y el senderismo acá está muy subestimado. Hay rutas para todos los niveles, pero nosotros buscábamos algo desafiante y con buena recompensa. Según tu onda (y cuánto te duelen las piernas), estas son algunas opciones geniales:

  • Cerro El Pintor – Esta es una caminata exigente. Es de altura, de todo el día y con vistas panorámicas épicas desde la cima. El último tramo es empinado y expuesto, así que no es para principiantes—pero si te animás, vale totalmente la pena. Llevá mucha agua y empezá temprano.
  • Cerro Las Canoitas – Es más largo y menos conocido, lo que lo hace más tranquilo. Casi no nos cruzamos con gente, y las vistas siguen siendo impresionantes. Una joyita escondida si buscás soledad sin sacrificar paisaje.
  • Manquehuito – Más corto, accesible y con buenas vistas igual. Es una opción muy popular por su cercanía con la ciudad—incluso podés hacerlo como caminata matutina si tenés poco tiempo.
Vista panorámica de cerros irregulares y Santiago al fondo desde el Cerro Las Canoitas
Paisaje rocoso y dramático cerca de la cima del Cerro El Pintor, con nubes sobre los Andes
Colinas iluminadas por la hora dorada al atardecer en el Manquehuito, con vista a Santiago

De izquierda a derecha: vistas de ciudad desde el Cerro Las Canoitas, terreno rocoso y clima dramático en el Cerro El Pintor, y un atardecer dorado sobre el Manquehuito—cada caminata con su estilo, todas cerca de Santiago.

Elijas la ruta que elijas, andá preparado. Llevamos snacks, mucha agua y algunas capas porque el clima puede cambiar rápido: sol radiante un minuto, viento helado al siguiente. Hacer trekking acá se siente como una verdadera aventura: paisajes en bruto, senderos sin multitudes y la dosis justa de altura como para sentir que te ganaste cada vista.

Después de la caminata, teníamos un hambre tremenda. Solución: Panchita. Es un restaurante de cocina fusión peruana y una de nuestras comidas favoritas en Santiago. El menú está lleno de sabores intensos, porciones generosas y platos que se sienten como un abrazo después de un día de montaña. En serio—es esa cena que disfrutás el triple cuando tenés las piernas cansadas y el celular lleno de fotos de cumbres.

Esa noche nos fuimos a dormir agotados, pero con una sonrisa—y un poquito orgullosos también.

🌋 Día 7 – Trek al volcán o día relajado en la ciudad

Nuestro último día en Santiago fue un verdadero “elige tu propia aventura”—y eso es algo que amamos de esta ciudad. Ya sea que quieras cerrar con todo (literalmente, un trekking a un volcán) o simplemente tomártelo con calma, hay una forma perfecta de terminar tu viaje.

Para los amantes del senderismo, el Volcán San José es un desafío final inolvidable. La caminata es de unos 8 km ida y vuelta, con una pendiente moderada y vistas de montaña constantes durante todo el recorrido. Nosotros reservamos este tour guiado, que incluye transporte y guía, y valió totalmente la pena—no solo por la logística, sino por todo el contexto que te van dando en el camino. Caminás entre ríos y valles hasta terminar con una vista privilegiada de este enorme estratovolcán que domina la región. Se sintió salvaje, silencioso y un poco surreal—sin duda uno de los grandes momentos del viaje.

Picos andinos nevados bajo nubes dramáticas en el sendero hacia el Volcán San José
Río glaciar atravesando terreno rocoso al pie del Volcán San José
Arroyo alpino serpenteando por un valle nevado durante la caminata al Volcán San José

Postales del trek al Volcán San José: crestas nevadas, arroyos glaciares y belleza andina en estado puro que hace que cada paso valga la pena.

Si estás más para recuperarte y relajarte, también hay opciones. Una de las más especiales es visitar las termas de Baños Colina, escondidas en los Andes y rodeadas solo de naturaleza. Nosotros no fuimos esta vez, pero este tour lo hace súper fácil y tiene reseñas excelentes. Imaginá sumergirte en piscinas termales naturalmente calientes, ricas en minerales, con vista a las montañas… sí, suena como una forma increíble de cerrar el viaje.

Y por supuesto, si tus pies ya no dan más (totalmente válido), pasá el día saltando de café en café, visitando algún mercado local o regalándote un momento de spa. Santiago tiene excelente café, y simplemente pasear por tus barrios favoritos una última vez puede ser el cierre perfecto y tranquilo.

Antes de dar por terminado el viaje, te recomendamos disfrutar de un último atardecer desde algún mirador—puede ser el Cerro San Cristóbal, el Cerro Santa Lucía, o incluso algún rooftop con vista. Hay algo en esa luz dorada final sobre los Andes que te hace empezar a planear tu regreso antes de haber hecho la valija.

🧭 Conclusión

Una semana en Santiago pasa volando cuando tus días están llenos de vistas desde las alturas, escapadas costeras y aire de montaña. Ya sea que estés tomando una copa de Carménère bajo el sol o haciendo trekking en paisajes volcánicos, Santiago ofrece una mezcla inolvidable de cultura, gastronomía y naturaleza. Adaptá este itinerario a tu ritmo—aventurero o relajado—y aprovechá al máximo tus 7 días en una de las ciudades más vibrantes de Sudamérica.

¿Querés guardar esta guía para más adelante? Marcala en favoritos—o mejor aún, empezá a hacer la valija. 🇨🇱

❓ Preguntas frecuentes: cómo planear tu itinerario de 1 semana en Santiago

🕐 ¿Es suficiente una semana para conocer Santiago y sus alrededores?

¡Sí! Una semana completa en Santiago es ideal para equilibrar exploración urbana con excursiones a la naturaleza y la costa. Vas a tener tiempo de caminar por barrios históricos, hacer trekking en los Andes, visitar viñedos cercanos e incluso relajarte en aguas termales—todo sin andar corriendo.

🚗 ¿Necesito auto para seguir este itinerario?

No necesariamente. Dentro de la ciudad podés moverte con Uber, metro o a pie. Para excursiones como Cajón del Maipo, Valparaíso o Embalse El Yeso, alquilamos auto algunos días y otros reservamos tours con transporte incluido. A lo largo del post dejamos enlaces a los que usamos.

🥾 ¿Cuál es la mejor caminata cerca de Santiago para principiantes?

Si buscás un buen reto, el Cerro El Pintor tiene vistas increíbles y ese momento de “wow, ¡lo logré!”. Si querés algo más corto, el Manquehuito está cerca de la ciudad y también tiene lindas vistas. En el Día 6 contamos más sobre nuestras rutas favoritas.

🍷 ¿Puedo visitar una viña sin alquilar auto?

¡Sí! Nosotros fuimos a Concha y Toro con un tour de medio día que incluía transporte (tenés el enlace en el Día 2). Muchas viñas cerca de Santiago funcionan de esta manera, y te recomendamos evitar manejar si vas a tomar.

🧳 ¿Qué debería empacar para una semana en Santiago?

Lo clave son las capas. Las mañanas y noches pueden ser frescas—sobre todo en zonas de montaña—y los días, cálidos y soleados. Llevá:

  • Zapatillas cómodas para caminar
  • Protección solar (gorra y protector)
  • Campera liviana o polar
  • Botella reutilizable
  • Y una mochila chica para caminatas y excursiones

🌦️ ¿Cuál es la mejor época para visitar Santiago?

La primavera (septiembre–noviembre) y el otoño (marzo–mayo) son ideales por sus temperaturas templadas y cielos despejados. El verano (diciembre–febrero) puede ser caluroso y con más turistas, mientras que el invierno (junio–agosto) es perfecto si querés combinar ciudad con esquí en los Andes.